-
UN PLANETA ES DEVORADO POR UNA ESTRELLA.
-
JAPON HACIA LA CONQUISTA DE VENUS.
-
LA OBESIDAD AFECTA EL VOLUMEN DEL CEREBRO.
Los hombres sufren depresión posparto
No es un mal que aqueje solo a las madres primerizas. Los recientes padres también sufren depresión después del parto pero, a diferencia de las mujeres, ellos creen no sentirse mal o no se someten a ningún tratamiento.
Según una publicación de la revista American Medical Association, uno de cada 10 nuevos padres padece un estado emocional angustioso después de que sus mujeres dan a luz.
Un equipo de la Escuela de Medicina de Virginia Oriental realizó 43 análisis a más de 28.000 padres de 16 países. El estudio constató que los nuevos padres son felices en las primeras semanas después del nacimiento de su bebé.
Sin embargo, entre los tres y seis meses después del parto, a los padres los invade un profundo sentimiento de angustia, la cual es producida por la falta de sueño, las nuevas responsabilidades y el apoyo que deben brindarle a su mujer si es que padece de depresión posparto.
ATENCIÓN CONJUNTA. Los doctores James Paulson y Bazemore Sharnail, que llevaron a la investigación, sostuvieron que “la depresión en uno de los padres debe llevar a la atención clínica del otro” y que “la intervención debe estar centrada en la pareja y la familia y no en el individuo”.
Según una publicación de la revista American Medical Association, uno de cada 10 nuevos padres padece un estado emocional angustioso después de que sus mujeres dan a luz.
Un equipo de la Escuela de Medicina de Virginia Oriental realizó 43 análisis a más de 28.000 padres de 16 países. El estudio constató que los nuevos padres son felices en las primeras semanas después del nacimiento de su bebé.
Sin embargo, entre los tres y seis meses después del parto, a los padres los invade un profundo sentimiento de angustia, la cual es producida por la falta de sueño, las nuevas responsabilidades y el apoyo que deben brindarle a su mujer si es que padece de depresión posparto.
ATENCIÓN CONJUNTA. Los doctores James Paulson y Bazemore Sharnail, que llevaron a la investigación, sostuvieron que “la depresión en uno de los padres debe llevar a la atención clínica del otro” y que “la intervención debe estar centrada en la pareja y la familia y no en el individuo”.
